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Nuestra etapa comienza en una cuidada playa fluvial de arena blanca a la altura de la localidad de Melres, a unos 30 kilómetros de la desembocadura del Duero. Todavía hoy deberemos superar una presa, la de Crestuma-Lever, distante unos 12 kilómetros de nuestro comienzo y el último escollo de nuestra travesía desde tierras sorianas. A 500 metros de nuestro embarque justo donde el río cambia de dirección, encontramos en la margen izquierda la famosa playa fluvial de Praia Lomba. Navegamos en agua plana con un cauce muy ancho mientras las orillas se llenan de núcleos de población cada vez más grandes.
Tras una gran recta y un pequeño giro a la izquierda llegamos a la esclusa habilitada para el paso por el lado izquierdo. Al poco de superarla vemos la localidad de Areia, también en el lado izquierdo, que dispone de un pequeño embarcadero y playa fluvial. En esta zona del Duero se ubican diferentes clubes de piragüismo que entrenan las distintas modalidades de aguas tranquilas mientras sortean el continuo tráfico de barcos de todos los tamaños. Continuamos nuestra jornada ahora ya en un cauce sin regulación hasta su desembocadura unos 19 kilómetros más abajo.
El bajo perfil del río en este tramo y nuestra cercanía al océano hace que los efectos de la bajamar y la pleamar generen ligeras corrientes a favor o en contra de nuestra marcha. El carácter abierto de la primera mitad se mantiene en esta segunda parte del recorrido en el que encontraremos multitud de playas fluviales de arena blanca. Un gran viaducto nos indica que estamos haciendo nuestra entrada en las ciudades de Oporto, que se extiende en la orilla derecha, y de Vilanova de Gaia que se ubica en la orilla contraria. Pasamos bajo los puentes de São João, D. Maria Pia, Ponte do Infante y por fin podemos ver al fondo el famoso Ponte Luis I, icono de la ciudad que sirvió para solucionar los problemas de comunicación entre las dos orillas a finales del siglo IXX. Nos encontramos rodeados por las características casas de colores de los barrios de Miragaia y Ribeira en orilla derecha y las más antiguas bodegas de Oporto en la orilla izquierda. Tras recorrer unos 2 kilometros más y pasar bajo el puente de la Arrábida vemos ya el Océano Atlántico, fin de etapa y fin a nuestra impresionante travesía de más de 900 kilómetros en este magnífico río.
Porteo de la presa de Crestum-Leber. Desembarcaremos en la orilla derecha a través del vestido talud que nos lleva a la N-108 la cual recorreremos 1km aguas abajo hasta un camino habilitado, justo después de unas casas, que nos devuelve al cauce. Opcionalmente podemos desembarcar en el lado izquierdo en un pequeño embarcadero y caminar aguas abajo para embarcar a la salida de la esclusa aunque en este caso atravesamos las instalaciones de la empresa que explota el salto hidroeléctrico. La opción más sencilla será hacer uso de la esclusa en cuyo caso deberemos programar nuestro paso unas 3 horas después de la hora fijada para el comienzo de la etapa.
Visita la parte más antigua de Oporto. La historia de Oporto está íntimamente relacionada con el río Duero. Por eso los barrios más antiguos como Ribeira, Barredo y Miragaia se ubican en el entorno del mismo, próximos al Ponte Luis I. Desde aquí podremos atravesar el histórico puente y recorrer las bodegas de Vilanova de Gaia.
Conoce la Reserva Natural Estuario de Oporto. Situada justo en la desembocadura, se encarga de la conservación e interpretación de este pequeño microecosistema.
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